Se ahoga en hambre el pueblo,
y se engordan los miserables bolsillos
de la estafa;
donde las grandes ratas,
apestan a engaño y falacia.
Mira como los inchados cerdos
vestidos en saco y corbata
hablan de justicia, valores y democracia;
Y la ignorancia, como fiera ataca
clavando sus dientes con perseverancia
a los hombres engañados,
que sus bocas callan.
Date cuenta que el que no clama justicia
es tan culpable como el creador de miserias;
el cobarde que se esconde
ya no siente siquiera verguenza
y nos volvemos cárcel,
de nuestra propia condena.
No caigas malherido;
hay tanta saliva mal gastada
que te intenta persuadir...
La hipocrecia del poder,
disfrazando las palabras
dándoles al pueblo,
sólo cuentos que comer.
Y el hombre que come cuentos,
es hombre dómesticado.
Mantente alerta,
despabila los sentidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario