No tengo prisa,
de todo ha pasado
los huracanes y la fiebre de siete mil días en sombras
y aun permanece orbitando su insoluble ausencia.
de todo ha pasado
los huracanes y la fiebre de siete mil días en sombras
y aun permanece orbitando su insoluble ausencia.
No importa el tiempo
este hoyo negro me sigue tragando infinitamente
me arrastra,
me despedaza
arranca de mi pecho insomnios,
versos erráticos como la muerte oscuros
Estos ojos llenos de sal, caerán
rodarán al sepulcro con tu imagen grabada,
// con todo lo bello que ya no tengo //
rodarán
desconsolados
¿Ya comprendes?
Ya no tengo prisa,
como fantasmas pasaron los años
y la herida, maldita sentencia, no sana.
No sana mi sed
mis ganas
ni esta eterna agonía.