domingo, junio 03, 2007

deceso

Callamos lo que realmente nos mata,
por miedo a morir de nuevo.
Pero de igual forma, morimos
Tal vez ... discretamente
...en silencio, derrotados
pero a solas.

Morirse a solas,
perder íntimamente con uno mismo,
y no exponer la efímera vida
a tantos amaneceres de soles abandonados.
Evitar un estallido emocional
que borre nuestro horizonte de las cosas.
Para no repartir tajadas de nuestra alma
a estos feroces, seres humanos.

Juzgarse la falta de emoción,
sincronizar la tristeza
para que solo nos poblé los domingos en la tarde,
pero aveces se adelanta el reloj y nos revienta el sueño melancólico,
morirse.. morirse a solas.

Callar...
pero sonreir con mirada de acero,
todos saben que algo pasa... se confuden
pero por dentro es un diluvio de cosas ajenas.
Y nadie .. nunca.. puede hacer nada,
porque la muerte es inevitable,
y la soledad nunca se va, es permanente.
aunque se nos engañe de lo contrario.

Es la lluvia, como un hambre a melancólia,
y todo lo que absorbe la tierra son llantos.