viernes, julio 24, 2009

Necesaria Condena















Hay una despedida eterna, entre el cuerpo y el alma
un abismo obligatorio, un paso ineludible
una anestesia... una intensa anestesia
que nos libra del eterno envejecer.

La muerte, es el humo que se filtra poco a poco por la ventana,
por debajo de la puerta llena de cerrojos,
por la chimenea inversa cargada en ceniza.
La muerte es el agua desatada
corriendo río abajo, desencausada
fresca pero terrible...
con fluviales repleto de llantos de un pavor inquietante

Son los ojos cabisbajos,
los años estremecidos
el silencio postrado definitivamente, en forma de adios
es el desastre, la calma,
la sabidurìa del creador.


La muerte trae lutos que nos parecen interminables
pensamientos trasnochados
hombres y mujeres en sosiego.
Párpados gastados y tristezas tan roidas
noches tormentosas,
llantos infinitos


miércoles, julio 22, 2009

130a

Aventar desde la ventana un garabato de palabra,
echarme al silencio sideral,
invocar la tristeza con melodía para complicados
y empezar de una vez por todas
este desplome pesonal

Soy como una mujer de ciento y treinta años,
con un siglo de aflicción pulverizada
treinta estaciones de desamor
medio kilo de memoria fotografica,
y un lenguaje gesticular
que obsequio de forma deliberada

Se vive desmesuradamente...
¡Mentira!
aveces si acaso vivimos - y con cautela.
¡ciento y treinta años de cautela!
No, eso seria errar cìclicamente

Yo alguna vez vivi los excesos
y ame ...
ame por completo
/ a medias
/ descalza y desnuda.

¡Ciento y treinta años!
Ay...como quisiera fugarme del cuerpo
regresar a los delirios, retornar a la locura
y volver amar como los inmortales.


...

lunes, julio 13, 2009

Adolescencia EX-tendida

Cuando fumaba sentía que el humo me hacía más fuerte,
jugaba a ser tóxica, para no parecer ingenua....
y cuando realmente perdí la ingenuidad, lo deje.
Adolecencias como la mía resquebrajan los adentros,
se te convierte el corazón en un cenicero de bar.
y el recuerdo te deja cuentos innombrables y amores locos.

Con los años uno madura y comulga una verguenza diaria,
un cierto temor a ser uno mismo..
porque por lo descabellado que parezca,
siempre queremos "encajar", "lucir bien"
He aquí el juego mental del teatro que llevamos,
miles de escenarios y un sólo libreto....
diferentes actores, sin ningun guión.

Al final nos marchitamos sin siquiera haberlo disfrutado,
y creo que siempre la nostalgia será para nuestra adolescencia,
que extraño ese sentimiento de añorar algo
que dejamos voluntariamente.