viernes, marzo 04, 2005

Aveces uno debe quitarse la cobardía



Tengo un invierno constante en el alma
que aveces creo me matará
e intentado disfrazarlo de primavera
le he dibujado flores y estrellas,
y aun así, se logra marchitar.

No tengo siquiera un poco de tibieza
para hacerme creer verano,
y si las hojas cayeran, fuera otoño
más lo unico que cae es descepción

Voy a terminar por aventar el mundo
desde mi ventana,
como si fuese una canica de caramelo;
pero antes tomare la precaución
de herirlo...lacerarlo
reventarlo en mil pedazos, de ser necesario,
para no sentirme débil, sublime...
una marioneta sin voz.

Y si de paso te logro lástimar
no será un evento casual, pero tampoco fortuito
porque ya me dueles,
imaginate cuanto me dolieras
estando tu... ya dolido

Pero ya no más...
aveces se tiene que tener un poco de autoestima
aunque sea para asegurarse una dulce muerte
o una elegante derrota.
Aveces uno tiene que quitarse,
el vestido de cobardía
para no resignarse a las sobras del universo
para detener a los que quieran
jugar al fútbol, con tu corazón destrozado.

Aveces hay que ir de frente
y preguntarle a los astros, ¿en que órbita se encuentran?...
en cual lluvia de estrellas es que uno esta.

No para evitarme un corazón herido,
porque antes que alguien me rompa el corazón
lo quiebro yo misma,
lo arrojo contra la pared,
y pulverizo sus sobras con la punta de mis dientes
con mis ojos que lástiman,
con el peso de mis lágrimas
con mi luna de cristal.

Hoy pudiera arrojar toda mi despensa completa de memorias,
insisto, hay veces que uno tiene que tener
tan siquiera un puñado de autoestima
una onza de realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

oaaaaaaaaaaaaaaaa!