Para rescatar el poema
hay que atarse a una serpiente..
tirarse desnudo al vacío,
encenderse la boca con fuego...
y callar....
Hay que entregarse / despojarse del cuerpo,
marchar sin rumbo como quien camina un desierto,
vivir condenadamente a nuestra libertad,
y contemplarlo todo con un Infinito Silencio.
Rescatar el poema es sed de carne, sed de alma
....
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1 comentario:
chuleta,
yo a veces dejo la libertad tranquilita, me da miedo, porque lo que posees termina poseyéndote...
tienes razón, razón en la boca y en la manos..
sí, sí, sí!
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