martes, enero 12, 2010

Para rescatar el poema
hay que atarse a una serpiente..
tirarse desnudo al vacío,
encenderse la boca con fuego...
y callar....

Hay que entregarse / despojarse del cuerpo,
marchar sin rumbo como quien camina un desierto,
vivir condenadamente a nuestra libertad,
y contemplarlo todo con un Infinito Silencio.

Rescatar el poema es sed de carne, sed de alma
....

1 comentario:

Anna dijo...

chuleta,
yo a veces dejo la libertad tranquilita, me da miedo, porque lo que posees termina poseyéndote...

tienes razón, razón en la boca y en la manos..

sí, sí, sí!