viernes, julio 24, 2009

Necesaria Condena















Hay una despedida eterna, entre el cuerpo y el alma
un abismo obligatorio, un paso ineludible
una anestesia... una intensa anestesia
que nos libra del eterno envejecer.

La muerte, es el humo que se filtra poco a poco por la ventana,
por debajo de la puerta llena de cerrojos,
por la chimenea inversa cargada en ceniza.
La muerte es el agua desatada
corriendo río abajo, desencausada
fresca pero terrible...
con fluviales repleto de llantos de un pavor inquietante

Son los ojos cabisbajos,
los años estremecidos
el silencio postrado definitivamente, en forma de adios
es el desastre, la calma,
la sabidurìa del creador.


La muerte trae lutos que nos parecen interminables
pensamientos trasnochados
hombres y mujeres en sosiego.
Párpados gastados y tristezas tan roidas
noches tormentosas,
llantos infinitos


1 comentario:

Anónimo dijo...

hhey mujer!!
¿como te ha tratado la vida¿¿¿
hoy te leo intensamente mortal :(, la única forma de evitar envejecer es morir...prefiero ser replicante :)
besos