Cuando fumaba sentía que el humo me hacía más fuerte,
jugaba a ser tóxica, para no parecer ingenua....
y cuando realmente perdí la ingenuidad, lo deje.
Adolecencias como la mía resquebrajan los adentros,
se te convierte el corazón en un cenicero de bar.
y el recuerdo te deja cuentos innombrables y amores locos.
Con los años uno madura y comulga una verguenza diaria,
un cierto temor a ser uno mismo..
porque por lo descabellado que parezca,
siempre queremos "encajar", "lucir bien"
He aquí el juego mental del teatro que llevamos,
miles de escenarios y un sólo libreto....
diferentes actores, sin ningun guión.
Al final nos marchitamos sin siquiera haberlo disfrutado,
y creo que siempre la nostalgia será para nuestra adolescencia,
que extraño ese sentimiento de añorar algo
que dejamos voluntariamente.
lunes, julio 13, 2009
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4 comentarios:
Yhara felicidades :D
me gusta ocmo escribes
Vaya cambiaste tu plantilla, felicitaciones, eso hacemos cuando le empezamos a agarrar cariño al blogcito.
¿Cuando será el día en que estemos contentos con lo que somos??
un abrazo
adolescencia llena de errores,
y a jugar q los disfrutaba.
y era cierto.. si lo hacia... aunke despues al crecer, te pesen, te siguen gustando xq ahi cosas de las cuales te ries, pero otras, las guardamos en el libreto del nunca jamas.
hermoso amiga, hermoso
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